¿Quién no recuerda aquellas tardes eternas jugando en la calle sin parar con los amigos del barrio? Los juegos de los años 80 marcaron un antes y después en la vida de los niños españoles de aquel entonces. Una etapa en la que la tecnología no había hecho todavía acto de presencia. No había móviles, ni ordenadores, ni consolas, etc. Lo único que hacía falta para pasar un buen rato era tocarle el timbre a un amigo y bajar al parque a pasar un tiempo de auténtica diversión gracias a los juegos populares.
Los juegos populares y tradicionales son aquellos juegos infantiles clásicos y de toda la vida que se caracterizan por ser simples a la hora de practicarlos, ya que para organizarlos no era necesario ningún tipo de tecnología. Estos pasatiempos requieren de la calle para ser puestos en práctica, cualquier objeto, piedra o el mismo papel de aluminio del bocata servía para reunir a unos cuantos compañeros y empezar a jugar.
Además, la peculiaridad de los juegos infantiles tradicionales es que el cuerpo jugaba un papel fundamental. Todos los juegos precisaban del propio cuerpo del niño para realizar movimientos, correr, saltar, etc… De ahí que estos juegos tradicionales tengan una conexión muy fuerte con la asignatura de Educación Física en los colegios. Son muchos los profesores de gimnasia que incluyen estos pasatiempos infantiles en sus programas de la materia, ya que de esta manera se combina la educación y el deporte en una sola actividad.
Los juegos de los años 80 son infinitos debido a que en función de la región o del país donde se desarrollase un juego nacía una manera diferente de jugarlo y sus diferentes variantes que hacen imposible recopilar toda la cantidad de juegos populares de calle que existen.
No se sabe a día de hoy, en qué momento aparecieron los juegos de niños de toda la vida así como los orígenes de los mismos. En cualquier época histórica, el juego ha significado una parte esencial en la vida de los niños desde que prácticamente nacen. La antropología, ciencia que estudia las manifestaciones sociales de las comunidades humanas, ha demostrado a través de sus investigaciones que los juegos han existido desde un primer momento.
Cabe remontarse a la época de la edad media para comprobar que existía un entorno lúdico fuerte y consolidado, donde los infantiles jugaban con muñecos, caballitos de madera, sonajeros, etc.
Era una filosofía de vida. La época de llegar del colegio, coger el bocadillo y salir pitando hacia el parque para jugar con los amigos. Existe un gran debate sobre si esta manera de vida servía para inculcar valores humanos muy importantes que se han perdido entre los más pequeños como:
De lo que no hay duda es de que era una vida sana, donde los niños corrían y sudaban sin cesar, a diferencia de ahora donde muchos pasan horas y horas delante de una pantalla.
Los pasatiempos al aire libre permitían la integración de los pequeños en la sociedad, un aprendizaje que se completaba con la adquisición de ciertas normas o reglas del juego. Además, la práctica de estos ejercicios desarrollaba la imaginación de los niños y su creatividad. Sin embargo, lo mejor de todo es que la diversión no dependía de ningún objeto o utensilio.
Los juegos infantiles de los años 80 presentan múltiples beneficios en la etapa de crecimiento de los pequeños. La práctica de este tipo de actividades facilitan que los niños mejoren la coordinación de sus acciones cotidianas, así como sus habilidades motrices. Además de insertarles en la mente ese carácter competitivo necesario para afrontar la vida y superar los retos que vengan, también permiten inculcar al mismo tiempo otros valores a los niños como el compañerismo y el respeto por el rival.
Las nuevas tecnologías y el cambio en los hábitos de consumo de ocio por parte de los jóvenes saca a la luz el debate sobre la muerte de los juegos tradicionales españoles
Cierto es que los videojuegos y los smartphones han irrumpido con fuerza en la diversión de los pequeños pero todavía es posible pasar por cualquier parque y ver a niños practicando juegos de balón, jugando al pillapilla, gato y ratón o al escondite. Los juegos tradicionales siguen teniendo tirón entre los infantiles y lo seguirán teniendo en un futuro. La esencia y el valor de lo antiguo, lo de siempre, lo que ha sido transmitido de generación en generación es incalculable y siempre tendrá la capacidad de superar los pasatiempos que se presenten por el camino.
Conseguir algo divertido y sano que entretenga tanto a niños como a adultos durante mucho rato ha sido posible gracias al juego de la comba. A continuación, encontrarás toda la información que necesitas saber sobre esta peculiar actividad.
En la actualidad, los juegos basados en las nuevas tecnologías suelen ser realmente comunes. Tanto es así, que los expertos han diseñado una gran diversidad de opciones a fin de distraer a los más pequeños de la casa.
La peonza es uno de esos juegos tradicionales que mantenemos en la memoria. Es un juego para niños, aunque los niveles de dificultad que se pueden alcanzar invitan a los adultos a disfrutarlo.
Cuando una familia tiene niños en edad escolar, lo primero que se piensa es en los juegos infantiles que beneficien su desarrollo físico, emocional y social. En ese momento es cuando vienen al pensamiento diferentes tipos de ejercicios como medio de desarrollo de destrezas, crecimiento y madurez.
¿Te gustaría enseñar a tus hijos una actividad divertida, tradicional y que ha cautivado a miles de niños a través de la historia? Seguramente en tu niñez tuviste la oportunidad hacerla y solo de pensar en esos momentos vienen a tu mente recuerdos maravillosos, se trata de jugar a las chapas. Encuentra aquí todo lo relacionado a este singular juego.
Polis y cacos, también conocido como policías y ladrones, es un juego de persecución que estimula la socialización y desarrolla la habilidad motriz de los niños.
Los juegos ayudan a los niños a mejorar sus capacidades lingüísticas y matemáticas. También les permiten llevarse bien con los demás, controlar sus emociones y el estrés.
El juego del pañuelo es un juego recreativo por bandos, muy sencillo a la par que entretenido. Tiene un origen de hace más de 2000 años y perduró en el tiempo gracias a sus sencillas normas y variantes.
El pilla pilla, o tula, es un típico juego infantil de persecución. Es de los primeros que los niños disfrutan porque, con tres o cuatro años apenas, ya pueden practicarlo. Solo necesitan sus piernas, seguir normas muy sencillas y ganas de pasarlo bien